Carlos H. Lozano/redpalabras.com
Austin, Texas Agosto 21/2024
Cuenta los hijos como si cada uno fuese una historia valiosa y lo son. La ausencia de Yvonne le suelta unas lágrimas de amor de madre. Pero ya asimiló su ausencia. Ella sabe que la disfrutó en vida con todo el amor y compañía de hija a madre y de mujer a mujer. María Ninfa Espinoza tiene ocho hijos, cuatro mujeres y cuatro hombres: Yasmin, Giseyla, Yvonne, Eloy, Jason, Jacob, Jaquelyn y John. Ella, Yvonne, siempre hará parte de su vida y de su cuenta: Son ocho.
Es una matriarca que ha ayudado a sus familiares a ingresar hacia los Estados Unidos y construido un imperio familiar que le hace sentir orgullo de hija, madre, hermana, tía, esposa y cualquier linaje familiar que la vincule con sus raíces y su sangre. Emigró de México por una causa natural: ser madre. Se ha reconstruido de cada paso y adversidad que se le presenta en su vida.
Un hombre, Eloy Cano, ha sido un pilar valioso y que sabiamente se convirtió en un compañero que le fortaleció las alas a Ninfa como pareja de sus ocho hijos “…él ha sido parte fundamental en todo mi progreso y en los momentos claves me ha ayudado a tomar decisiones que me han impulsado. Me ha permitido libertad como mujer y me ayudó a ingresar a MARY KAY, como un visionario hombre de negocios, vio el futuro del trabajo que me permitiría estar con mis hijos”.
Lleva 30 años vinculada a una de las empresas de cosméticos más importantes a nivel mundial y ha logrado todos los objetivos que la firma MARY KAY, (fundada en los Estados Unidos), tiene para que las personas que ofrecen sus productos, los vendan, crezcan y desarrollen una vida basados en los tres pilares fundamentales de la empresa: Dios, familia y carrera.
Ninfa tiene el poder de la palabra y ‘cuenta historias’, tan natural que las horas se van entre tema y tema. Su discurso de voz suave y persuasivo vende. Por eso es una ‘top seller de MARY KAY’. Es inagotable como su fortaleza, resiliencia y empoderamiento. Todo le sale natural, porque es una líder forjada a pulso, como ‘las de antes’ y que tiene un nombre propio: Matriarca. Es una mujer que gobierna una familia y ella lo es. Esta es la definición para alguien que tiene ese rol natural, es cabeza de familia y guía la manada o lo que hoy se entiende como una líder.
De México a Austin y empezar un camino a los 16 años
A esa edad una adolescente mujer está acabando de crecer biológicamente, pensando en estudiar y construyendo sueños para hacerlos realidad y talvez tan pegada a sus padres, que el respeto hacia ellos asusta. Ella queda embarazada a los 16 y de solo pensar en la reacción de su padre, huye hacia los Estados Unidos, para ser madre joven y proteger vida e integridad de las dos.
No hay un camino fácil para una inmigrante que cruza la frontera y menos una mujer embarazada, pero ella a sus 16 años, defendiendo su vida y la que traía en su vientre, ya de tres meses, vence obstáculos gigantes y lucha por las dos. “Paso el rio como un milagro y un hombre, que pienso que era Jesús, porque lo que hizo ese hombre por mi nunca lo olvido. Me cedió su turno en un flotador para que yo pasara, dejando el riesgo y el peligro, logro cruzar”. Esa bebé que traía en su cuerpo, con el paso del tiempo, fue la que doblegó a un hombre hostil y machista, que la hizo huir por miedo a represalias y Yasmin Espinoza, la hija mayor fue la consentida del abuelo. “Cuando regresé a México a penas la vio, mi padre y mi hija se abrazaron mutuamente y desde ese momento, todo quedó en el olvido y fue puro amor”, explica Ninfa.
En la narrativa de contar su vida, se ve entre tantos momentos difíciles y se le hace un nudo de melancolía y de fechas. Pero también tiene marcados los momentos felices, que son muchos: “Ver nacer, crecer y progresar a los hijos no tiene precio. Son el motor de la vida, lo que hace una como mujer y madre es incalculable”.
Ninfa perdió a Yvonne, una de sus hijas hace tres años, pero ha salido fortalecida, aunque jamás, y menos una madre, se repone de la ausencia de un ser ser amado: “Hice todo lo que estaba a mi alcance, tanto humanamente como materialmente. Mi hija Yvonne batalló para vivir. Era fuerte y se me fue. Pero cuando ya se veía el fin, se la entregué a Dios. Y le dije… Dios, tú tienes un plan, la pongo en tus manos y ayúdame a soportar”. Ninfa considera que si no estuviese vinculada a MARY KAY no habría podido estar toda la vida en los momento de Yvonne: “El estar vinculada con MARY KAY me permitió compartir y disfrutar a mis hijos en su niñez, crecimiento y especialmente con Yvonne, tuve todo el tiempo para luchar junto a ella”.
Transformar su vida, la de la familia y entregada a la causa MARY KAY
Para Ninfa Espinoza la superación es solo una palabra que la ha sobrepasado sin darse cuenta. Lleva 30 años dedicada al oficio de enriquecer la vida de mujer, porque su categoría de líder matriarcal lo hace ver como una profesión y lo ha logrado. Por eso ella transforma un deseo personal en una gran oportunidad y es una Top Seller de MARY KAY. Sus logros personales lo demuestran. “Tengo todos los récords de la empresa superados. 300.000 mil dólares en ventas por año durante 13 consecutivos, incluyendo uno de 450.000 mil, casi medio millon de dólares en ventas en un año. Ha ganado el uso de 16 carros, entre ellos seis Pink Cadillac, 17 abejas de diamante, por 13 años”. Son 30 años de carrera dejando un legado para otras.
Con todo esto han sido días de millas recorridas, reuniones en demostraciones de la marca MARY KAY y asesorías de maquillaje y exponiendo los productos. Pero a la vez empoderando y enseñando a otras mujeres a lograr progreso y hacer dinero como objetivo para mejorar la calidad de vida. Ella atesora su labor en la base de lo siguiente: “MARY KAY tiene como prioridad Dios, Familia y carrera, y así es. Yo lo he vivido y lo trasmito porque es un estilo de vida y trabajo, que permite tiempo de calidad con la familia. A la vez lograr ingresos que facilitan una calidad de vida de la mujer”.
Ninfa Espinoza ha transformado su vida, la de su familia y de las mujeres que ayuda con su causa en MARY KAY en un mundo más agradable, sensible y de mutuo apoyo para superar obstáculos, una calidad de vida superior de madres que tienen tiempo para sus hijos, porque este trabajo que ella ejemplifica en cada asesoría y sección se los permite. Sus ocho hijos dan testimonio del tiempo que les ha tocado disfrutar de una madre de tiempo completo. Yvonne desde el cielo le da más fortaleza, porque para ella aun hay mucho por hacer por la familia y las mujeres que las siguen.